La religión africana y la Muerte
Después de los españoles entraron africanos entraron a Puerto Rico, primeramente venidos desde España como negros ladinos en el 1519 y posteriormente directamente desde África occidental para trabajar en la minería y en la agricultura de Puerto Rico como esclavos sustituyendo a los indios taínos.
Los funerales Africanos
En los funerales africanos se reconoce al difunto como que ha entrado al mundo de los antepasados en donde las virtudes son deseadas por los deudos vivientes. El africano bien pudiera reencarnar hasta continuar la perfección de su alma o bien presentarse al mundo de los vivos mediante la posesión de un médium. Según esta tradición, los antepasados siempre mantienen un vínculo con los familiares vivos. El ceremonial consiste, no en aceptar una pérdida, sino en demostrar el vínculo irrompible entre los vivos y los muertos. Los santeros y los yorubas son parte de la tradición religiosa africana. En el caso de la santería la religión oficial del difunto sería la católica, no obstante, la religión católica habrá servido como una máscara religiosa para esconder la práctica de la religión africana. El entierro del creyente en la religión africana es festivo, es musical y es una celebración. Es una celebración enmascarada. No es la pérdida del ser querido, es la mudanza para el mundo virtuoso de los antepasados. Se aparta de la solemnidad católica en sus procesiones funerales.
Los esclavos africanos llegaron a El Pepino cuando se originaron los primeros hatos y criaderos. Trajeron consigo sus creencias pero enmascaradas por el sincretismo. Solo en poblaciones como Loíza se podían celebrar funerales tipo africano
La Logia Masónica
La Masonería es una Institución cuyo origen se pierde en el tiempo. Algunos historiadores remontan los comienzos de la Masonería al inicio de la humanidad. Otros comienzan con la construcción del Templo de Salomón. Algunos remontan ese origen a los gremios artesanales de la construcción en piedra de la Edad Media. Son muchas las teorías sobre los inicios. En la edad moderna es en Londres donde aparece la primera en el 1717.
La primera logia masónica que existió en Puerto Rico se fundó en Mayagüez en el año 1871 y se denominó Logia Adelphia. Fueron muchos los puertorriqueños perseguidos y humillados ante la creencia general y gubernamental de que la Masonería o Francmasonería era una sociedad secreta contraria al régimen y dedicada a la superchería.
No fue hasta 1878 que se expidió su primera carta constitutiva a favor de Rafael Gautier, Santiago R. Palmer y Santiago Blanch por la Gran Logia de Colón de la Habana, Cuba. De hecho, en esa fecha ya funcionaba otra logia denominada Conciliación, bajo el mismo Oriente de Colón. No fue hasta el 1885 que se fusionaron las dos, siempre con el nombre Adelphia.
Ese mismo año se estableció la Gran Logia Soberana de Puerto Rico, la primera con soberanía propia. A partir de entonces, las logias existentes se afiliaron a la nueva entidad pero su capital seguía siendo Mayagüez. Por años la historia de la Gran Logia Soberana de Puerto Rico fue la misma historia de la Logia Adelphia.
En el Pepino
En el 1911 los pepinianos de la clase acomodada fundan la Logia Masónica Redención. Esta Logia abate columnas ( cierra) en el 1929 por profundos desacuerdos políticos. Esto no indica la muerte de la masonería en El Pepino. Los masones se reunían en logias de pueblos cercanos. Luego de dos décadas se constituye la Logia Masónica en el 1950 como una extensión fraternal de la Logia Faro de Borinquen de Lares. La Logia de San Sebastián toma el nombre de los Hijos de Borinquen.
Los Masones y la Muerte
La muerte constituye para los masones la iniciación suprema. Tanto que no solo celebran solemnes ceremonias cuando uno de sus hermanos deja este mundo, sino que uno de los principales ritos que debe pasar el neófito es una muerte simbólica.
El mito de la muerte y la resurrección es la base de la búsqueda iniciática de la masonería tradicional, que aspira a transformar al individuo y a mejorar sus cualidades morales. Sin embargo, en el curso de los rituales ningún precepto hace alusión explícita a la inmortalidad del alma o a la vida en el Más Allá. La masonería deja hablar a los símbolos. La verdadera maestría está reservada a aquellos que han traspasado las puertas de la muerte. El acto fúnebre es un de respeto al fallecido y de solidaridad con la familia en hogar. En el acto funeral el masón fenecido, es llevado al templo masónico o se celebra una ceremonia en el momento de la sepultura. Hay cementerios que tienen un panteón para enterrar a los masones. Los actos fúnebres de los masones se apartan de la tradición católica.