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Los Amerindios y La Pepinianidad

publicado por: Eliut González

Los amerindios: El área oeste de Puerto Rico, dentro de la cual ubicaba el futuro territorio pepiniano,  compartió con el este de la Española, hoy la República Dominicana, una de las esferas de intercambio cultural indígena como se evidencia,  a partir de cierta época,  por algunos rasgos arqueológicos comunes.

Un compendio de las principales culturales antillanas vista por las principales investigaciones arqueológicas, nos ayudará a entender el alcance que tuvieron en el territorio de lo que hoy es San Sebastián del Pepino.

Los arcaicos: Los primeros pobladores antillanos

La migración de estos pobladores hacia Cuba y la Española data aproximadamente desde 6,000 años antes de Cristo procede de América Central.  Se caracterizan por haberse internado dentro las islas en vez de permanecer en las costas.    Eran principalmente cazadores, recolectores y tenían habilidad para  confeccionar objetos de piedra de pedernal.  Como nómadas que eran desconocían las técnicas agrícolas y las de trabajar la cerámica.  Fueron los primeros arcaicos.

Los Pescadores-Recolectores

La migración de estos pobladores por el arco de las Antillas Menores y Puerto rico data, aproximadamente, de 4,000 años antes de Cristo, partiendo de América del Sur. Preferían ubicarse en las costas porque la pesca era su medio de vida.  Fabricaban objetos en piedra pulida. Comos los indios anteriores, los arcaicos,  no poseían la técnica agrícola ni trabajaban la cerámica.  Son catalogados  arcaicos como los anteriores.

Los Agroalfareros: Los Salaloides

La migración de estos pobladores hacia el arco de las Antillas, Puerto Rico y el este de la Española, hoy República Dominicana,  data aproximadamente, de 500 años antes y 600 años después de Cristo procedente de América del Sur.  Conocen la técnica del cultivo y la elaboración  de la yuca.  Confeccionan con arte la cerámica.  Por haberse encontrado un yacimiento de ellos en Saladero, Venezuela, se le conocen como salaloides pero son de origen arahuaco.

Los Ostionoides, Los Precursores de los Taínos

Los agroalfareros, mezclados con los arcaicos y con las nuevas migraciones, desarrollan en Puerto Rico técnicas de producción agrícola, cambian el estilo de trabajar la cerámica, tienen un aumento de población y se extienden hacia la Española, Cuba, Jamaica y las Bahamas, desplazando o interaccionando con los arcaicos de esas islas.  Yacimientos encontrados en Punta Ostiones de Puerto Rico, les ha adjudicado el nombre de ostionoides.

El Florecimiento de la Cultura Taína

Del año 1,200 al 1,500 después de Cristo, se va formando una sociedad taína más compleja, con clases sociales y cacicazgos, caracterizada por un desarrollo en la ideología socio-política, la técnica y el arte.  La española y Puerto Rico se convierten en el centro de apogeo de esta cultura autóctona antillana.

La Cultura y Los Valores  Taínos

Los taínos, con respecto a sus creencias, eran animistas.  Para ellos, en cada objeto o fuerza de la naturaleza había un espíritu a los que había que prestar atención a fin de obtener su favor.

La vida después de la muerte era ejemplificada por la manera de enterrar a su gente.  La vida, desde sus orígenes, partía de la religión.  La religión regulaba todos los aspectos de su vida.  Enfatizaron en el valor sacramental  de la religión y de la necesidad de enfocar la vida en torno a la divinidad.

A diferencia del hombre moderno, el taíno no conocía el estrés cotidiano.  Vivía para subsistir y vivir en la sencillez y la frugalidad. Desconocía una referencia de progreso mayor que lo incitara a superarse.   Acostumbraba pasar mucho tiempo en la hamaca ejercitándose en la meditación y la contemplación de la naturaleza, costumbre que todavía se observa en pueblos rurales como El Pepino y se ha perdido en los pueblos urbanos.

Honraban la institución de la familia y la apoyaban como el punto de partida  del nacimiento, crianza y desarrollo de los nuevos taínos.  Aquí aprendían la religión, los valores y la cultura para la vida diaria. Su aprecio  por la familia era uno de sus mayores valores que pronto estarían en riesgo de perder.

Las nuevas generaciones de taínos consideraron estas tierras como suyas  y las defendieron del invasor europeo.  Su sentido de organización y solidaridad queda demostrado en el sistema confederado que vivían y su sentido de sujeción a la cadena de autoridad.  Eran solidarios con la familia, con el yucayeque y con la confederación.

Su cultura, eminentemente religiosa, estaba compuesta de ceremonias, areytos, juegos, bailes y bebidas espirituosas.  El bohique practicaba el rito de la cohoba, alucinógeno que lo llevaba al trance requerido para poder hablar con las deidades y recibir los consejos para la vida diaria de la tribu.

La Cultura Caribe: Los Caribes De las costas de América del Sur, los kalinagos, conocidos como caribes continentales,  invaden parte de las Antillas Menores. Se ubicaron en  la isla de Guadalupe conocida como Satania porque en su centro tenía un pavoroso volcán.   De aquí la mala reputación de los caribes.
Después de deshacerse de los varones toman como botín de guerra a las mujeres arahuacas que eran las portadoras de aquella cultura.  Aprenden de ellas el lenguaje y la técnica de trabajar la cerámica y conformaron la cultura  insular llamada caribe.

El Genocidio de los Amerindios

Mientras más  pasan los siglos, los investigadores y los estudiosos no han encontrado la manera de justificar la matanza y destrucción de los indios encontrados por los europeos en el Caribe.  Los países conquistadores han hecho el intento de esconder entre las páginas escritas de la historia la aniquilación indígena.  Consideremos por un momento el pensamiento europeo de la llamada época del descubrimiento.

Las conquistas y el consiguiente enriquecimiento de Portugal a expensas de Asia y de Africa fueron el modelo a seguir por los poderes políticos europeos.  Se necesitaban nuevas tierras para emularlo.  Este modelo capitalista primitivo se le ha llamado mercantilismo que consistía en cuatro grandes principios:

  1. El oro y los metales serían los objetos que indicarían la riqueza o la pobreza de un país.  En cualquier conquista, lo primero sería explotar el oro.  La conquista y  colonización del Caribe comenzó con la búsqueda del oro.
  2. Terminado el oro, el segundo indicador de riqueza sería la acumulación de territorios coloniales.  España, en pocos años, se llevó de frente a Portugal, al agenciarse decenas de territorios coloniales.
  3. Juntamente con la conquista de territorios, la mano de obra gratis pero obligada sería utilizada en la explotación de la tierra mediante la agricultura y la ganadería.  La distribución y otorgación  de indios a los conquistadores fue el inicio de una modalidad nueva de esclavitud mejor conocida por encomiendas.
  4. Los habitantes naturales de las nuevas colonias debían acoger la religión católica como la nueva filosofía de vida.  Esto requería, no la modificación si no la destrucción de su cultura ancestral por ser ésta pagana, satánica, atrasada, además de convertirse en un impedimento para introducir e imponer la nueva cultura europea.

La historia evidencia los escalofriantes resultados.  Los españoles despojaron a las antillas de todo su oro utilizando la mano de obra gratis y obligada de los indios.  Conquistaron sus territorios y los pusieron a producir ganancias mediante la agricultura y la ganadería.  Desmembraron las familias indígenas por medio de las encomiendas. La religión católica no los pudo docilizar.  Los indios  se agotaron, se enfermaron, se rebelaron y fueron muertos por la conquista española ronda por los 30 millones.

Un análisis crítico nos puede hacer entender que las conquistas, el éxito y las ganancias de la empresa colonizadora española le dio la autoridad para manejar la historia e interpretarla desde su punto de vista.  Esta es la historia que estudiamos en la escuela y las universidades que poco a poco ha ido perdiendo brillo en la medida en que los investigadores van presentando la otra cara de la moneda.  Pronto, los nombres de los caciques indígenas denominaran muchas de nuestras calles, edificios e instituciones porque nos daremos cuenta que no son los chicos  malos de la película.

Hallazgos Arqueológicos en El Pepino

Bajo los auspicios del Instituto de Cultura Puertorriqueña se han llevado a cabo algunas exploraciones arqueológicas en nuestro suelo con la participación del arqueólogo pepiniano Ramón Estrada Linares.

Se han encontrado cerca de los ríos y en cuevas restos de materiales indígenas en aproximadamente  8 barrios y los arqueólogos artesanales locales nos han referido que mayormente se han encontrado y todavía se encuentran objetos como cemíes y cerámicas rústica de origen taíno.

Los barrios de  Alto Sano, Cibao, Culebrinas, Eneas, Guajataca, Guacio, Hoyamala y Saltos han aportado mucho material arqueológico.  Está por verse si en algunos de estos barrios, al encontrarse algún yacimiento, pudiera probarse que hubo algún yucayeque o poblado indígena.  Lo cierto es que para los días antes del descubrimiento europeo, los cacicazgos taínos de Otoao, Aymaco, Guajataca y Yaguecax confluían en el futuro territorio pepiniano.  El famoso Camino de Puerto Rico, que se originaba al norte de la desembocadura del Río Guayabo, era una de las tantas  veredas utilizadas por los taínos para comunicarse con el resto de la isla.

Estos hallazgos son apuntadores de una inequívoca presencia indígenas en lo que hoy es el territorio de El Pepino. Nombres taínos se han adjudicado a algunos de nuestros barrios, tales como Aibonito, Bahomamey  (antes Babumamey),   Caimitos, Cibao, Guacio, Guajataca y Guatemala.  Los ríos y  quebradas también recogen algunos de estos nombres taínos:  Caimitos, Capá,  Coalibina (Culebrinas),  Guamá, Guatemala (Goatemala), Emajagua y otras.

Los Amerindios y La Pepinianidad

Hacía varios siglos que los amerindios  poblaban a Boriquén antes de la llegada de los españoles.  Venidos de Centroamérica y  de las márgenes del Río Orinoco de Venezuela, se establecieron en las Antillas y  Puerto Rico, la que habían poblado con varios miles de sus pares.

La que se suponía fuese la base racial de la puertorriqueñidad, la raza taína, fue paulatinamente diezmada por el trabajo forzado, el maltrato dado por los españoles, por las enfermedades traídas por éstos y por el exterminio o genocidio al que fueron sometidos.  El remanente de la indianidad se fue a refugiar a la altura, a las montañas,  entre las Indieras de Adjuntas, Maricao y las cercanías de Mayagüez.

Cuando Don Andrés Méndez Liciaga describe el modo de vida de los primeros pepinianos en la aldehuela de El Pepino nos dice que vivían al modo taíno: habitaban en bohíos, dormían en hamacas,  cultivaban para subsistir, vivían una vida sedentaria de poca actividad, su dieta era casi vegetariana, les gustaba las bebidas fuertes y espiritosas, eran aplicados al baile y lo tomaban suave.   No hay duda que para subsistir en el trópico había que imitar a los expertos en sobrevivencia, y estos, indiscutiblemente,  eran los taínos.

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