Localizado en las margenes de la Cordillera Central, San Sebastián recibe una voluminosa cantidad de lluvias que mantienen sus terrenos húmedos y productivos. Entre los ríos de vasta extensión están el Culebrinas y el Guacio. El primero, cuyas abundantes aguas de buen gusto surtíana la mayorparte de los habitantes para 1846, nace en la entonces denominada "Cuchilla del Pepino" (en Lares), atravesando el partido hasta desaguar en el mar inmediato al pueblo de Aguada. El Guacio es el más caudaloso de ambos ríos gozando de unas 15 millas de longitud. Nace en Adjuntas en la Sierra de Aguilarte, serpenteando por Lares y pasando al Sur del pueblo de San Sebastián, sigue su curso hasta desembocar en las playas de Añasco y Mayagüez en donde se nombra Rio Grande.
Es cuantioso el número de quebradas y ríos que fluyen por San Sebastián; entre ellos: R. Guajataca (alias) Tuna, R. Sonador, R. Guatemala, R. Cibao, R. Juncal, Q. Eneas, Q. del Desbarrandero, Q. Moralón, Q. de las Calabazas, Q. Larga, Q. Caimitos, Q. Guamá, Q. de los Robles, Q. Peralonzo, Q. Honda, Q. Salto, Q. de Hato Arriba, Q. Cordero, Q. del Capá, Q. de Piedra Prieta~ Q. del Sonador, Q. de Juan Arbelo, Q. de la Emajagua, Q. Alto Sano, Q. de Manuel Guar, Q. de la Macedonia, Q. Jobo, Q. del Salto, Q. Vega Chiquita, Q. de las Cañas, Q. de las Garzas, Q. de Carlos González, Q. del Espino, Q. de Barreto y Q. del Guar.